jueves, 14 de enero de 2010

¿Qué podré aprender de esto?

Esta semana no ha sido la mejor; el martes me enteré por varias notas en internet que próximamente me quedaré sin empleo.

Resulta que por las medidas que tomó el Gobierno del DF para paliar las alzas a productos y servicios del Gobierno de Calderón, se decidió desaparecer el Fideicomiso en el que hasta ahora trabajo, con el argumento de que se necesitan ahorrar recursos. Lástima por el proyecto porque el objetivo era muy bueno: proveer de internet inalámbrico gratuito el DF.

Aunque la medida no se ha hecho oficial, es inminente que en pocos días me quedaré sin chamba, que no sin ganas de mirar hacia adelante y retomar algunas cosas que he dejado pendientes.

La cereza en este pastel apareció el miércoles cuando fui a retirar dinero y me di cuenta de que mi saldo había disminuido abruptamente en los últimos días; la razón es que me clonaron mi tarjeta e hicieron una compra por casi 8 mil pesos en un Suburbia del Edomex en el que jamás he puesto un pie y ni siquiera sabía de su existencia. Ahora sí que casi desempleado y robado.

El recuento de los daños no es favorable, pero sin duda que será una oportunidad para sacar lecciones. En este momento quiero pensar –como alguna vez me lo dijo un buen amigo- a la manera de un hombre sabio y no de un hombre tonto.

El hombre tonto se estaría preguntando ¿por qué me está pasando esto?; el hombre sabio se cuestionaría ¿qué podré aprender de esto?

Tal vez la respuesta a mi duda venga pronto o quizá se lleve un poco más. En lo que estoy cierto es que mi actitud ante esto es lo que cuenta y de que será muy fácil mirar a mi alrededor para darme cuenta que estoy vivo y de que tengo suficientes razones y personas por los cuales pensar positivamente.

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