domingo, 2 de agosto de 2009

Lo que nos queda es lo que siempre tuvimos



Y vivimos empeñados en perseguir los sueños, en buscar las respuestas, en defender los ideales y alcanzar la felicidad. Y nos entregamos sin más protección que la que nos puede dar nuestros pensamientos y nuestros instintos; casi desnudos, vulnerables somos ante la realidad que nos envuelve, que nos pertenece.


Los ideales nos dan respuestas a los que buscamos. Con vista, pero casi ciegos, nos aferramos a las certidumbres, a los casi derrumbados muros de la verdad, o de nuestra verdad.


Vivir por lo que creemos nos da sentido y razones para continuar andando. Y en nuestras andanzas poco a poco nos lastiman las heridas que antes no sentíamos; las cicatrices del pasado son más visibles a nuestros ojos, nuestra protección se debilita.


Sorpresas inesperadas nos van dando de a poco más visibilidad a una vista que realmente nunca perdimos, pero a la que le ordenamos mirar al punto que queríamos o creíamos ciegamente.


Cuando la realidad se nos presenta con su verdadero rostro; cuando todas nuestras verdades se convierten en sólo un juego; cuando nos gana el amor y nos persiguen nuestros demonios y fantasmas, es el momento para replantearnos, para buscar nuevos sentidos, para vivir más en los qués y no en los para qués.


Al final lo que nos queda es lo que realmente siempre tuvimos.


P.D. Sólo algunos pensamientos que daban vueltas en mi cabeza dañada esta mañana. Los tenía que escribir pa que dejaran de molestar y me pudiera dormir otro rato. Estas líneas surgieron después de ver la peli Azúcar Amarga

No hay comentarios: